Dicen que entre letras, bajo el anonimato de las frases, es más fácil decir o expresar lo que uno desea. Ayer tuve la oportunidad de estar en la boda de unos amigos míos. Momento para volver a ver a personas que uno admira y quiere, amigos que vuelves a ver después de años, y el tiempo solo hace que reafirmar que esa amistad es para siempre.
Ayer eran todo “síes” en mayúsculas, silencios, gestos y palabras que trasmitían que las buenas amistades no caducan, personas que no dimiten en su afán por mantener vivo el mejor de los recuerdos.
A todos nos pasa que vivimos eventos en lo que todo parece estar en consonancia para trasmitir precisamente lo que una boda significa.
Familias geniales, muy geniales, que se juntan para formar otra familia igual. Personas buenas, muy buenas, íntegras. Jóvenes promesas, atrevidos y decididos a compartir sin miedo el mayor de los retos que plantea la vida, ni mas ni menos, trazar ese camino con aquella persona a la que le has regalado ese SÍ en mayúsculas.
Y haciendo caso a la frase: “Uno es lo que son sus amigos”, hago las maletas para volver a Madrid, orgulloso, feliz y agradecido por traerme desde Barcelona una gran dosis de amistad y unos abrazos difíciles de olvidar.
¡Nos vemos pronto!
Javier Pacheco Doria